Christian Tigre
Biografía
Mi nombre es Christian Tigre Bermeo, nací en Sucúa, Provincia de Morona Santiago, rodeado de una gran familia, y rodeado también de una abundante flora y fauna amazónica.
Durante mi adolescencia me dediqué esporádicamente al dibujo, realizando copias de fotografías y formas que veía en revistas. En 1997 mi familia decide trasladarse a vivir a la ciudad de Cuenca, lugar actual de mi residencia.
Me considero autodidacta, pero es en el año 2017 cuando empiezo este maravilloso viaje por el mundo del arte, asistiendo a talleres en el Museo de Arte Moderno de Cuenca, en la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay y muchos lugares más, donde conocí a grandes artistas de la ciudad quienes compartieron sus conocimientos, experiencias y sentimientos de este bello arte del dibujo y la pintura.
Ahora, inspirado en lo denominado como “arte visionario” que no es más que la búsqueda de esa conexión espiritual entre, el ser interior, la Pachamama y más allá….
En esta serie de pinturas quiero expresar la belleza de la flora y fauna que nuestro Ecuador posee, esas formas y colores radiantes que despertaron en mí interior, un profundo amor y respeto por la naturaleza, todo reflejado en relucientes colores y matices que predominan el paisaje de la selva amazónica o el frío andino.
Mi intención es que cada uno tomemos “conciencia” del respeto y cuidado que se merece nuestro planeta ya debilitado por tanta contaminación.
En este sentido “conciencia” es como una conexión íntima con la Pachamama, una participación en la vida y los ciclos de la naturaleza, respetar a la Pachamama es un acto fundamental de conciencia.
Tenemos un ecosistema único en el mundo que debe ser protegido frente a las constantes amenazas que se ciernen sobre él.
Desde la primera chispa de conciencia, el hombre ha alzado la mirada al cielo estrellado, preguntándose por su lugar en la inmensidad del cosmos. Un hilo invisible, tejido con luz y sombra, nos conecta a la danza cósmica, a los ritmos de la naturaleza, al susurro del viento entre las hojas, al rugido de ríos y océanos, ahí es donde se encuentra una sabiduría ancestral que trasciende las fronteras del conocimiento convencional.
Es como un viaje hacia el corazón de la conciencia humana, donde el yo individual se encuentra con la vasta extensión del universo y la delicada trama de la vida que lo habita, es una meditación sobre la interdependencia, la responsabilidad y el profundo misterio que nos une a todo lo que existe.
Es necesario entender que, al destruir la naturaleza, nos destruimos a nosotros mismos. Sus riquezas debemos protegerlas y cuidarlas, los animales y los arboles también son nuestra familia.
Somos el corazón de la madre tierra, la energía creada del amor y todo…
Quisiera ser un puente entre el hombre y la naturaleza
